Bueno con ocho meses recientemente cumplidos larga la entrada número 40 del blag (todo un número ¿no?)
Creo que por una cuestión de extensión vamos a relatar rápidamente que el título de la entrada es una referencia ocvia a una canción de una banda muy popular en estos tiempos que corren. Si, si, Calle 13; la banda de los hermanos René, Eduardo e Ileana que anoche brindaron un recital en Salta ante (según los diarios) cerca de 80.000 asistentes en el marco de un festival gratuito patrocinado por una conocida empresa de telefonía móvil en la Argentina.
Para empezar quise interiorizarme con las repercusiones del hecho por la magnitud del evento y del espectáculo del que fui testigo presencial en el día de ayer, y por eso recurrí a los diarios digitales locales y alguno que otro nacional. Lo primero que impacta fue la asistencia. Más de 80.000 personas en su mayoría bastante jóvenes asistieron al recital; seguidoras o no de la banda, es un número exorbitante para un conjunto no ligado a lo tradicional por estos pagos. La calidad del espectáculo y de la performance artística de la banda fue muy buena. Digamos que es traer a una banda del momento, en la cima de su carrera artística a tocar acá, saltándose un destino previo o posterior como Buenos Aires, es todo un hito cultural.
Me dirán los que viven acá que tocaron (alguna vez) Luis Miguel, Chayanne, Enrique Iglesias, Shakira, etc. Es cierto, pero lo más rutilante o lo que realmente pone a este recital como un hito importante son una serie de cuestiones que voy a tratar de explicitar de una manera clara.
En primer lugar, Calle 13 había tenido ya un recital circa 2007. En ese momento, la banda ya era conocida pero estaba construyendo su carrera. Ese recital había tenido mucha publicidad pero con apenas un par de semanas de antelación y básicamente se armó porque un auspiciante y la misma banda estaban de paso por la zona luego de grabar un video ("Pa'l Norte" realizado en la Quebrada de Humahuaca). En sí algo tan igual como lo fue con los artistas ya mencionados. Lo de anoche fue con una banda asentada, en el tope de su popularidad y carrera artística, y con un aservo de premiaciones que la hacen saltar un destino como lo es Buenos Aires, acostumbrada a eventos de este calibre.
En segundo lugar, el hecho es que un evento de esta masividad permite mantener a esta ciudad como una fija para próximos espectáculos similares (hace unos 18 meses se realizó otro recital con bandas nacionales de mucho renombre y la asistencia fue algo menor pero muy buena, teniendo en cuenta que era pago).
En tercer lugar, y consiguiente de lo anterior, la ampliación del espectro cultural en un reducto de tradicionalismo marcado como lo es Salta. Me llamó la atención que en los 4 diarios locales por internet que revisé, sólo uno tuviese en su portada el recital de anoche. El resto alguna nota colgada en la sección espectáculos, mientras que la famosa "Serenata a Cafayate" tenía fotos y notas por doquier.
Por último, demuestra que están dadas las condiciones y la infraestructura (tanto turística como edilicia) para que se den eventos así, pero falta organización. El operativo policial para el ingreso y la salida del recital fue muy mal organizado y se nota que la policía de Salta está mal acostumbrada a este tipo de eventos de tanta concurrencia, lo que redunda en un mal dada la tendencia violenta de la policía local, más por incapacidad organizativa que por desorden público.
¿Quedaría cerrar con un tema de memorias? Yo que tengo una formación musical a contracorriente de la normal por estos lares, recibo este tipo de eventos como una panacea ¿Porqué? Primero por el ahorro en dinero que significa zafar de un viaje a Buenos Aires (la mayor parte de las veces fuera de mis posibilidades), en una edad acorde para disfrutar de estos recitales. Segundo porque ahora uno puede ir con su guitarra y no tocarse siempre "Zamba del Pañuelo" como única manera de que el público de un fogón se "active". Porque la mayor oferta cultural genera plasticidad temática, fomenta actividades distintas, atrae gente, fortalece y amplía el turismo, genera riqueza, entre otros tantos beneficios económicos y de bienestar general.
Mención especial al brutal y honestísimo momento en que René hizo subir a unos representantes de la comunidad wichí al escenario y los dejó hablar para concientizar al público sobre su estado actual como pueblos originarios y como ciudadanos argentinos, en medio de fuertes polémicas políticas y sociales por la matanza de indígenas en Formosa y la desnutrición infantil acá en Salta, en un año electoral. Momento muy fuerte.
Pero las barreras de un tradicionalismo que roza el conservadurismo rancio y enquistado son difíciles de saltar. De a poco vamos haciendo "progresar" (en el sentido cabal de la palabra) esta zona.
Nos gusta romper las reglas, somos indisciplinados... Vamo' a Portarno' Mal
Creado por este "martial brother" de la intelectualidad, para el mundo y para expresar lo que en la vida normal no llega a ver la luz.
Translate
viernes, 20 de febrero de 2015
jueves, 12 de febrero de 2015
All you need is...
Pregunta filosófico-existencial ¿Qué es el Amor?
Es una palabra... Puede ser Roma o Mora si le aplicamos un anagrama (el que entendió, entendió JAJA).
Pero a primera vista es una buena pregunta porque la respuesta habitual desde mi lado sería: "Pero que pregunta de mierda. Encima que a mi me va como el ojete en el ámbito, tengo que venir a cuestionarme sobre esto. Las mandaría a todas al carajo."
Pero como la idea de este blaag es ir un poco más allá de lo primero que nos sale, entonces podemos empezar por eso tan útil como lo es la etimología. Wikipedia en un artículo dedicado al tema (y muy recomendable de leer) nos dice:
"En español, la palabra amor (del latín, amor, -ōris) abarca una gran cantidad de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el amor platónico, y hasta la profunda devoción o unidad del amor religioso. En este último terreno, trasciende del sentimiento y pasa a considerarse la manifestación de un estado del alma o de la mente, identificada en algunas religiones con Dios mismo o con la fuerza que mantiene unido el universo."
La definición concuerda mucho con una que por ahí suelo releer y define al Amor como una fuerza universal, transcendental, que podría definirse en "12 rayos" Empezando desde el primero relacionado con el amor al cuerpo y terminando en el décimosegundo llegando al Supremo Amor Espiritual (básicamente estar entongado con todo y todos o como se dice ser Uno con el Universo). Sin incurrir en la necesidad de caer en otro misticismo como en la entrada anterior, en resumen es un sentimiento cuasi-inexplicable, que nos parte el coco y resulta díficil de medir porque justamente no obedece a ninguna lógica proposicional ni mucho menos matemática.
Así un sentimiento amoroso no mide servicios ni contraprestaciones, no media recursos, no agota posibilidades, da todo sin recibir. Curiosamente en esos doce rayos la "amistad" está por encima del "amor romántico" hacia una pareja. Se puede tener amor con familiares, sobrinos, hijos, padres, primos, animales, trabajo, hobbies, pelotudeces, videojuegos, comida y demás adicciones producto de una mente enferma y muy capitalistamente guiada como la nuestra. No obstante, como bien dice la definición en su última parte excede el campo sentimental y se mete ya en el Universal donde el amor humano queda totalmente licuado como un daikiri de frutilla bien helado. Un estado mental... No vivir enamorado de, sino vivir amorosamente x o y o z.
De esta manera zafando de todo lo que venimos diciendo, utilizamos el Amor (o para peor lo concebimos) en una expresión minimalista, muy restringida como lo es el amor de pareja.
¿Y porqué che? Y hay presiones sociales de por medio: "¿Pero cómo vas a estar sólo? ¿Para cuándo la novia?" Sin mencionar el hecho de que por ahí sos visto como medio hombre cuando te falta la mujer o directamente te acusan de homosexual. Hay presiones fisiológicas: "Tengo unas ganas enormes de ponerla", esta tal vez (dicen los bocaflojas, los filósofos de café, los materos universitarios) la más fácil (Te viá da' fácil a vo'). Hay presiones subjetivas, laborales... Hay una necesidad por ahí de compartir eso que no se puede compartir con animales o con plantas o con familiares y amigos, algo sutil y solamente dedicado a esa media orange.
El psicoanálisis vino a dar un supuesto caño de escape con ese concepto más que simpático de la "sublimación". Es decir, en vez de darle matraca a la puñeta como desfile de carnaval, lo cambiás por un hobby o una actividad que "sublime" esas energías que no se van, claro está, en ponerla y/o tener una vida conyugal. Útil diría el pragmático, un garrón diría el alzado.
Dicho muy sucintamente, vemos el amor con unas anteojeras del tamaño de un toldo carpero. Más chicatos no podemos estar. Creo aunque pueda parecer soñador, que si viéramos un toque más allá lo que el Amor realmente es, podríamos darle solución no a nuestros quilombos conyugales sino a varios otros problemas más grandes y serios. Aunque el que suscribe sabe y padece lo arriba descrito, también se esfuerza por agigantar un poco el ojo, en parte por consuelo y en parte por necesidad de amplificar el punto de vista.
Mientras tanto, no vendría mal que esos famosos "los buenos tiempos ya van a llegar" le den una apretadita al acelerador.
Merci
P.D.: Si, acá hubo presiones de calendario por una famosa fecha cercana pero ¿Y? Mientras sirva de inspiración, se van todos solos o acompañados despacito, en tortuga, a las Islas Howe.
Es una palabra... Puede ser Roma o Mora si le aplicamos un anagrama (el que entendió, entendió JAJA).
Pero a primera vista es una buena pregunta porque la respuesta habitual desde mi lado sería: "Pero que pregunta de mierda. Encima que a mi me va como el ojete en el ámbito, tengo que venir a cuestionarme sobre esto. Las mandaría a todas al carajo."
Pero como la idea de este blaag es ir un poco más allá de lo primero que nos sale, entonces podemos empezar por eso tan útil como lo es la etimología. Wikipedia en un artículo dedicado al tema (y muy recomendable de leer) nos dice:
"En español, la palabra amor (del latín, amor, -ōris) abarca una gran cantidad de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el amor platónico, y hasta la profunda devoción o unidad del amor religioso. En este último terreno, trasciende del sentimiento y pasa a considerarse la manifestación de un estado del alma o de la mente, identificada en algunas religiones con Dios mismo o con la fuerza que mantiene unido el universo."
La definición concuerda mucho con una que por ahí suelo releer y define al Amor como una fuerza universal, transcendental, que podría definirse en "12 rayos" Empezando desde el primero relacionado con el amor al cuerpo y terminando en el décimosegundo llegando al Supremo Amor Espiritual (básicamente estar entongado con todo y todos o como se dice ser Uno con el Universo). Sin incurrir en la necesidad de caer en otro misticismo como en la entrada anterior, en resumen es un sentimiento cuasi-inexplicable, que nos parte el coco y resulta díficil de medir porque justamente no obedece a ninguna lógica proposicional ni mucho menos matemática.
Así un sentimiento amoroso no mide servicios ni contraprestaciones, no media recursos, no agota posibilidades, da todo sin recibir. Curiosamente en esos doce rayos la "amistad" está por encima del "amor romántico" hacia una pareja. Se puede tener amor con familiares, sobrinos, hijos, padres, primos, animales, trabajo, hobbies, pelotudeces, videojuegos, comida y demás adicciones producto de una mente enferma y muy capitalistamente guiada como la nuestra. No obstante, como bien dice la definición en su última parte excede el campo sentimental y se mete ya en el Universal donde el amor humano queda totalmente licuado como un daikiri de frutilla bien helado. Un estado mental... No vivir enamorado de, sino vivir amorosamente x o y o z.
De esta manera zafando de todo lo que venimos diciendo, utilizamos el Amor (o para peor lo concebimos) en una expresión minimalista, muy restringida como lo es el amor de pareja.
¿Y porqué che? Y hay presiones sociales de por medio: "¿Pero cómo vas a estar sólo? ¿Para cuándo la novia?" Sin mencionar el hecho de que por ahí sos visto como medio hombre cuando te falta la mujer o directamente te acusan de homosexual. Hay presiones fisiológicas: "Tengo unas ganas enormes de ponerla", esta tal vez (dicen los bocaflojas, los filósofos de café, los materos universitarios) la más fácil (Te viá da' fácil a vo'). Hay presiones subjetivas, laborales... Hay una necesidad por ahí de compartir eso que no se puede compartir con animales o con plantas o con familiares y amigos, algo sutil y solamente dedicado a esa media orange.
El psicoanálisis vino a dar un supuesto caño de escape con ese concepto más que simpático de la "sublimación". Es decir, en vez de darle matraca a la puñeta como desfile de carnaval, lo cambiás por un hobby o una actividad que "sublime" esas energías que no se van, claro está, en ponerla y/o tener una vida conyugal. Útil diría el pragmático, un garrón diría el alzado.
Dicho muy sucintamente, vemos el amor con unas anteojeras del tamaño de un toldo carpero. Más chicatos no podemos estar. Creo aunque pueda parecer soñador, que si viéramos un toque más allá lo que el Amor realmente es, podríamos darle solución no a nuestros quilombos conyugales sino a varios otros problemas más grandes y serios. Aunque el que suscribe sabe y padece lo arriba descrito, también se esfuerza por agigantar un poco el ojo, en parte por consuelo y en parte por necesidad de amplificar el punto de vista.
Mientras tanto, no vendría mal que esos famosos "los buenos tiempos ya van a llegar" le den una apretadita al acelerador.
Merci
P.D.: Si, acá hubo presiones de calendario por una famosa fecha cercana pero ¿Y? Mientras sirva de inspiración, se van todos solos o acompañados despacito, en tortuga, a las Islas Howe.
miércoles, 4 de febrero de 2015
Syntagma
Una palabra no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo.
Igual que el viento esconde el agua
como las flores que esconden lodo♪♫
Así comienza una conocida canción de Carlos Varela un cantautor cubano. Famosa por ser la que todo el mundo recuerda de una peli de Denzel Washington, "Hombre en Llamas", sonando al final mientras el personaje que aquél interpreta va moribundo en un auto luego de su mortal misión redentora.
Creería en mi ingenuidad e ignorancia que tanto la trama de la película como esa canción al final no son casualmente utilizadas. Un hombre acosado por las mentiras y una carrera entregada a la conveniencia y al secreto como un ex-agente de la CIA, halla en la búsqueda de una niña secuestrada a la que apenas conoce pero que le devolvió su entereza y sentido de vivir, la única manera de redimirse de todos los males que ha cometido en su vida, aunque eso signifique destruir a una red de corrupción y complicidades que existen en el narcotráfico de la Ciudad de México.
Pero volvemos a esa primera expresión: Una palabra.
"La palabra es plata, más el silencio es oro". También leí eso en algún otro lado. Curiosamente el dicho es gráfico, y también certero. Pero hoy la palabra no vale dos chapas herrumbradas tiradas en el barro de una calle sin asfalto.
Siento curiosidad por saber alguna vez que fue de mi en anteriores vidas, o por lo menos en la última, no para reencauzar la existente sino simplemente para saber, ya que la llevo en estos momentos ya tiene suficientes matices como preocuparse por aquéllas que ya tuve. Pero es exactamente el mismo efecto que uno siente cuando ve una foto de chico y dice así era, pero ya no es más.
Yendo al grano una sensación que yo reconozco a pleno que viene conmigo ya desde mucho tiempo atrás y, diría yo, es lo poco que puedo asimilar a una encarnación previa es mi profunda afección a la palabra. Pero la palabra entendida como bien dice el título que proviene del griego y que suele traducirse como "oración" pero que literalmente significa "sentencia", y así por ejemplo se aplica en inglés ("sentence"). Tal vez la asimilemos mucho a un juicio como veredicto final, sin embargo eso es lo que significa, dar la palabra es una sentencia de acción.
Un profesor universitario que daba historia medieval comentó en clase que no vale mucho la pena añorar tiempos pasados, menos los medievales en muchos aspectos, pero lo que él rescataba es que la gente sea cual sea su status creía en el trato verbal a rajatabla como una obligación sin ningún tipo de vacilaciones ni aprovechamientos, sino con la seriedad última que involucraba un compromiso natural con lo que se decía. Y yo comulgo con este modo ¿Porqué? me dirán anticuado pero lo que hoy impera no es la virtud, ni los principios, ni mucho menos los valores. Hoy en la calle imperan el desagravio, la ignorancia, la pedantería, la mentira y la apariencia todas engalanadas bajo la seda del protocolo y las "buenas costumbres", o como suelen decir el buen comportamiento y la ubicación. Nada tiene que ver con eso que se llama cortesía; una dote natural o adquirida a través de los años y la profunda práctica de estar bien servido para servir después, no con apariencia sino con oportunidad.
Muchos salames de nosotros seguimos atados a profundos imaginarios de pelis de ciencia ficción con respecto a que "El Fin del Mundo" se aproxima y vendrán aliens, vacas voladoras, canapés de polenta, rayos, centellas, trompetas y ángeles en pelotas descenderán de los cielos, junto a un chivo que se sienta al lado del Hijo de Dios y decide darle a los hombres una viava de la que se acordarán, me corrijo, no vivirán para contarla. Mientras tanto el llamado "Diablo" se estará descostillando de la risa en cualquier esquina dándonos la mano o saludándonos al pasar, a sabiendas de que lo que menos necesita es de grandes escenografías y espectáculos, sino pura y simplemente de la compra de voluntades débiles, que se arrastran por la vida buscando ser lo que no son. Pero para no flashar más la ironía es simplemente por perder la palabra, esa de que los evangelistas tanto se afanan en difundir. Perder el compromiso, la seriedad, la serenidad, la búsqueda, todo en aras de que "En el Cielo no hay vino y cerveza, no hay milanesa, no hay pizza y café", como dice una típica canción para saltar en el boliche pero que deja un mensaje que no merece otro calificativo que el de "pajero".
Y así como perdemos la palabra, nos sentenciamos a nosotros mismos a vivir este Infierno diario, donde no hay ángeles negros castigando en calderas de ácido a seres desnudos, sino seres desnudos de alma siendo castigados por el látigo de la existencia que desean vivir, todo por no querer comprometerse con cosas mínimas como dar una palabra.
¿Demasiado místico no? Si hasta las bolas, pero esto no es ciencia ficción es la realidad que nos toca la espalda y nos da un beso... Y después se va.
y al mismo tiempo lo esconde todo.
Igual que el viento esconde el agua
como las flores que esconden lodo♪♫
Así comienza una conocida canción de Carlos Varela un cantautor cubano. Famosa por ser la que todo el mundo recuerda de una peli de Denzel Washington, "Hombre en Llamas", sonando al final mientras el personaje que aquél interpreta va moribundo en un auto luego de su mortal misión redentora.
Creería en mi ingenuidad e ignorancia que tanto la trama de la película como esa canción al final no son casualmente utilizadas. Un hombre acosado por las mentiras y una carrera entregada a la conveniencia y al secreto como un ex-agente de la CIA, halla en la búsqueda de una niña secuestrada a la que apenas conoce pero que le devolvió su entereza y sentido de vivir, la única manera de redimirse de todos los males que ha cometido en su vida, aunque eso signifique destruir a una red de corrupción y complicidades que existen en el narcotráfico de la Ciudad de México.
Pero volvemos a esa primera expresión: Una palabra.
"La palabra es plata, más el silencio es oro". También leí eso en algún otro lado. Curiosamente el dicho es gráfico, y también certero. Pero hoy la palabra no vale dos chapas herrumbradas tiradas en el barro de una calle sin asfalto.
Siento curiosidad por saber alguna vez que fue de mi en anteriores vidas, o por lo menos en la última, no para reencauzar la existente sino simplemente para saber, ya que la llevo en estos momentos ya tiene suficientes matices como preocuparse por aquéllas que ya tuve. Pero es exactamente el mismo efecto que uno siente cuando ve una foto de chico y dice así era, pero ya no es más.
Yendo al grano una sensación que yo reconozco a pleno que viene conmigo ya desde mucho tiempo atrás y, diría yo, es lo poco que puedo asimilar a una encarnación previa es mi profunda afección a la palabra. Pero la palabra entendida como bien dice el título que proviene del griego y que suele traducirse como "oración" pero que literalmente significa "sentencia", y así por ejemplo se aplica en inglés ("sentence"). Tal vez la asimilemos mucho a un juicio como veredicto final, sin embargo eso es lo que significa, dar la palabra es una sentencia de acción.
Un profesor universitario que daba historia medieval comentó en clase que no vale mucho la pena añorar tiempos pasados, menos los medievales en muchos aspectos, pero lo que él rescataba es que la gente sea cual sea su status creía en el trato verbal a rajatabla como una obligación sin ningún tipo de vacilaciones ni aprovechamientos, sino con la seriedad última que involucraba un compromiso natural con lo que se decía. Y yo comulgo con este modo ¿Porqué? me dirán anticuado pero lo que hoy impera no es la virtud, ni los principios, ni mucho menos los valores. Hoy en la calle imperan el desagravio, la ignorancia, la pedantería, la mentira y la apariencia todas engalanadas bajo la seda del protocolo y las "buenas costumbres", o como suelen decir el buen comportamiento y la ubicación. Nada tiene que ver con eso que se llama cortesía; una dote natural o adquirida a través de los años y la profunda práctica de estar bien servido para servir después, no con apariencia sino con oportunidad.
Muchos salames de nosotros seguimos atados a profundos imaginarios de pelis de ciencia ficción con respecto a que "El Fin del Mundo" se aproxima y vendrán aliens, vacas voladoras, canapés de polenta, rayos, centellas, trompetas y ángeles en pelotas descenderán de los cielos, junto a un chivo que se sienta al lado del Hijo de Dios y decide darle a los hombres una viava de la que se acordarán, me corrijo, no vivirán para contarla. Mientras tanto el llamado "Diablo" se estará descostillando de la risa en cualquier esquina dándonos la mano o saludándonos al pasar, a sabiendas de que lo que menos necesita es de grandes escenografías y espectáculos, sino pura y simplemente de la compra de voluntades débiles, que se arrastran por la vida buscando ser lo que no son. Pero para no flashar más la ironía es simplemente por perder la palabra, esa de que los evangelistas tanto se afanan en difundir. Perder el compromiso, la seriedad, la serenidad, la búsqueda, todo en aras de que "En el Cielo no hay vino y cerveza, no hay milanesa, no hay pizza y café", como dice una típica canción para saltar en el boliche pero que deja un mensaje que no merece otro calificativo que el de "pajero".
Y así como perdemos la palabra, nos sentenciamos a nosotros mismos a vivir este Infierno diario, donde no hay ángeles negros castigando en calderas de ácido a seres desnudos, sino seres desnudos de alma siendo castigados por el látigo de la existencia que desean vivir, todo por no querer comprometerse con cosas mínimas como dar una palabra.
¿Demasiado místico no? Si hasta las bolas, pero esto no es ciencia ficción es la realidad que nos toca la espalda y nos da un beso... Y después se va.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)