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viernes, 4 de agosto de 2017

Prósopon


Ninguno de nosotros puede soportar la vista 
de otros que tengan sus mismos defectos

                                                   Oscar Wilde

Por ahí una de las cosas que me propuse para este espacio era, de vez en cuando, desmitificar nuestro "sentido común", romper los lazos del prejuicio, para ver que muchas veces las mejores intenciones llevan a los peores malentendidos.
La frase que da inicio a esta entrada es de un conocido libro del autor citado, El Retrato de Dorian Grey. Inglés él, exiliado en Francia durante los últimos años de su vida, dilapidado y defenestrado por sus inclinaciones homosexuales; dedicó gran parte de su obra literaria a mostrar el "Lado B" de la Inglaterra victoriana.
Procaz, sarcástico, hilarante, honesto, y dueño de una pluma fantástica, Wilde deslizó y pintó con su prosa las contradicciones de una sociedad en el clímax de su dominio: la Inglaterra de fines del siglo XIX; potencia industrial, dueña de la mitad de planeta, el imperio de todos los mares, donde nunca se ponía el Sol.

En resumidas cuentas, capaz que muchos leyeron la novela (sumamente recomendable, claro), pero vale una pequeña síntesis o SPOILER como se diría hoy...
Un wachín muy fachero, obviamente pendejo, se encuentra con un pintor novato y medio gil que decide hacer un cuadro del muchacho este, ya que al parecer en un arranque de putazo, se re flashó con la tormenta de facha del chabón. Quién auspicia este momento no es Axe ni Rexona sino Lord Henry, un noble ricachón que no tiene otra cosa que hacer que tinquearse el coto todo el día, y también fascinado por este gemelo de Brad Pitt le garpa el retrato y se queda bajo el ala del Gran Señor. Con el tiempo al loco se le van a subir tantos los humos con su caripela, que se dedicará a la farra y el descontrol, supuestamente conservando su belleza mientras el retrato se va demacrando a medida que la joda aumenta... Hasta que... Jajajaja no loco! Lo demás hay que leerlo.

Entonces una de las temáticas de esta célebre obra es el hedonismo y la hipocresía... Que dicho sea de paso, fue el disparador de esta entrada. ¿Qué es la hipocresía?
Facebook y redes sociales se llenan de exclamaciones, expurias, insultos, cuestionamientos, quejas, reclamos acerca de la hipocresía que representa y de la que se conforma plenamente.

Le mataburreau dice:

- Del gr. ὑποκρισία hypokrisía.
Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a  los que verdaderamente se tienen o experimentan.

Wikipedia nos llena las bolas etimológicamente con:
- La palabra proviene del latín tardío hypocrisis y del griego ὑπόκρισις (hypokrisis), que significan "actuar", "fingir" o "una respuesta". También se puede entender como viniendo del griego hypo que significa "máscara" y crytes que significa "respuesta" y por lo que la palabra significaría "responder con máscaras".​ La palabra "hipócrita" proviene del griego ὑποκρίτης (hypokrites), cuyo verbo asociado es υποκρίνομαι (hypokrinomai), es decir, "tomo parte". Ambos derivan del verbo κρίνω, "juzgar" (»κρίση, "juicio"»κριτική [kritiki], "críticos"), presuntamente porque la realización de un texto dramático involucraba un cierto grado de interpretación del texto.

De lo simple a lo complejo. No por nada Aristóteles decía que no hay mejor manera de empezar a saber algo que comenzando por conocer de donde viene lo que se dice.
Es así que hipocresía en principio es ponerse una máscara o fingir lo que pretendidamente se siente, lo que se es, una falsedad, una falacia. Con la etimología notamos que es lo que está debajo, lo aparente, la actuación, que subyace en fin a una crítica.

Retrato, retratito... Porqué tan boludito soy a veces

Ahora bien se me ocurre una situación muy cómica al respecto.
Pongámosle que utilizo uno de esos carteles de autoconsuelo que rondan por redes sociales al estilo de "porque tanto celular y tan poco amor". A lo que un precavido y sagaz comentarista retruca: "Qué te hacés salame, si en este momento estás publicando esto desde el celular, Romeo del orto".

Lo que vemos al parecer es un palo de 5 metros directo a mi canilla... Cuando también el supuesto héroe redentor comenta con aparente ironía mi cartel. Pero no, no nos dejemos arrastrar por los vientos huracanados de la pelotudez. El crítico es también un hipócrita ¿Porqué? Debido a que también pretende mostrar a través del comentario una glorificación de la conducta y que es él mismo un ejemplo de cosas que no realiza en su misma vida o es contrario a sus fines u obras.
De alguna manera, todos somos hipócritas. Nadie es un espejo de agua, ni supertransparente. Tanto la vida como nuestro medio ambiente social nos empujan, voluntaria o forzadamente a colocarnos un prósopon... Ah! Ahora si! Los cagué!! Que habrá querido decir el forro, pedante este, que se cree capo por saber escribir o decir un par de palabras en griego antiguo, ¡puto! Ahora si me dejan terminar, significa una máscara, una careta, una de esas como se ponía el "Ogro" Fabbiani cuando metía goles... Buah es un decir, porque si llegó a los tres o cuatro goles con River fue un milagro.
Somos hipócritas a veces en la medida de lo necesario, con parejas, amigos de amigos, tal vez algún decolocado pariente (un tío o tía de esos que viven lejos y nunca en la puta vida los vimos hasta que en un patatús psicofamiliar se le dió por aparecer). Tal vez en la medida de lo innecesario cuando estamos chamuyando a una minita (o vago en caso de las señoritas), tal vez queriendo zafar de esa otra tía que besuquea y te deja una Capilla Sixtina de saliva en la cara, del amigo pesado de tu primo pesado como collar de sandías que es un auténtico rompepelotas... En fin, somos hipócritas...

Pero un poco para ir colocando el epílogo de esta entrada. Sabrán que muchas de estas teatralidades se retomaron con la comedia del arte italiana del Renacimiento... Esa de las dos caretas de risa y llanto tan famosas y que muchos/as se tatúan sin tener la más mínima de porqué. En ella había una corte de personajes que si bien podían cambiar de nombres o roles en algunas obras, conservaban el carácter y un código de vestimenta. Todos los personajes como "El Capitán", "Arlequín", "Scaramuccia", "Brighella" o "Pantaleón" representaban con atuendos y máscaras propios cada una de las conductas más polémicas y criticables del ser humano... 

...A excepción de dos: Lelio e Isabella, los "enamorados" que curiosamente eran los únicos personajes que no llevaban máscaras puestas... Atenti!

Y así volvemos a la frase con la que Wilde nos motivó a iniciar esto y una sugerente reflexión con la comedia del arte al final.

Arrivederci!

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