Migajas... Señales... Pistas... Momentos... Cruces... Enlaces... Olvido.
Hace unos días caminando en los trajines cotidianos veía como un anciano compraba un paquete de pochoclos -o palometas de maíz como por ahí en la formalidad de otros castellanos se dice, y se las daba a las palomas.
Quién sabe si buscando regocijo, dispersión, placer, costumbre o sólo un hábito, el hombre dejaba caer la lluvia de alimento sobre el suelo... corroído por los pasos y el vaivén de tantos cuerpos y la inercia de los pies.
Mis pasos eran algunos más en esa sinfonía desordenada de soledad y desvarío urbano. Esa imagen fue la instantánea que me llevé para mis adentros y desandar estas líneas ahora.
Han sido seis meses intensos. Tanto, que la vida misma pegó un vuelco, con todos los desafíos que uno esperaba y otros que se aparecieron como para avisar y tenernos atentos.
La experiencia laboral en lo que uno eligió como elemento de estudio se abrió camino. Desafíos, roces y relaciones... Un balance discreto con mucho para corregir y una experiencia valedera. Una prueba de uno mismo, de la responsabilidad, del trato profesional y de la fortaleza de la honradez y el compromiso ético con el contenido a impartir y la premura de los tiempos.
Fue una oportunidad de renovar el agradecimiento con mis padres por el apoyo de tantos años y en este nuevo paso también.
La sorpresa de la vuelta de los sentimientos al tapete... Después de años, o vidas si se quiere, o tal vez no, el cronómetro del alma puede que lleve otra cuenta y avance o se retrase con otras velocidades. Volví a encontrarme con alguien... O a atropellarlo. Pata 'i lanée dirían las jergas callejeras y la voz popular de las relaciones fuera de un compromiso.
Le arrebaté sin querer (yo al menos) el amor a alguien, o como ella me lo dijo: "me hiciste ver que me había acostumbrado a ser quien no era". Luego de 5 años, le hice estallar las estanterías por el cielo... Y ella obvio me recordó que tengo talento para ser amante. Pero el saldo, es volver a llevarme cosas inconclusas... O tal vez, en espera para ser continuadas.
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Se movió la estantería, se corrieron los muebles, se limpió la casa, se acomodaron los libros, se pintó la pared, pasó la escoba y se tiró la basura. |
Comienza esta segunda mitad del año sin las premuras del trabajo y en la tabula rasa del amor otra vez... Se suma experiencia o como dice ese refrancito trillado u optimista, pero dicho al fin: "Tal vez, lo mejor esté por venir".
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