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viernes, 10 de octubre de 2014

Lo que viene, lo que viene...

Hace muchos años antes de que Clarín se transformara en algo así como en la OCP de este cómic que es la Argentina de nuestros días, la fija de los domingos era ver "Fútbol de Primera" ese programa que resumia los partidos del fin de semana para aquéllos que no podíamos pagar el cable codificado para ver los partidos. Sacando de lado el tema político acerca de si el hoy "Fútbol para Todos" es una conquista social o simplemente un medio de entretenimiento alienante masivo -que de paso nos cuesta bastante guita, lo cierto es que FDP tenía una muy buena mezcla y producción en sus previas; buena música para ambientar el folklore de la cancha, buena edición, excelentes comentaristas, y en su momento de mayor auge un vehículo de transmisión cultural, ya que en los separadores de los bloques del programa se presentaba a músicos y bandas adaptando a su estilo el clásico "jingle" del show televisivo.

Pero lo que trae a colación el título es, más bien, que al terminar cada bloque salía esa frase que decía: "Lo que viene, lo que viene..." como para generar ansiedad en el público para ver el próximo resumen.

Hace pocos días terminé mi tesis de Licenciatura, un logro espectacular teniendo en cuenta los desvaríos y las dudas que me asaltaron este último tiempo... Ahora es "lo que viene"... Esa incertidumbre un poco imprevista, atosigante, ansiosa y letal de preguntar ¿y ahora qué vas a hacer con tu vida? Al parecer la mayoría contesta eso rápido de acuerdo a lo que haya estudiado. Pero no es mi caso, porque más allá de la salida laboral y de ganarse el pan, me interesa que lo que estudié sirva de algo, movilice, motive, explique, difunda, haga pensar, en síntesis VIVA!!! No es un problema menor, ya que no es de mi interés engrosar un currículum académico para mostrar que capo soy, ni mucho menos estaquearme en un ámbito tan ambivalente como lo es la comunidad universitaria.

Como ser finito si uno tiene capacidades debe volcarlas a la mayor cantidad de personas porque nos morimos y nuestra capacidad se diluyó en los abismos del olvido. A partir de ahora para mi se abren grandes desafíos, siendo el primero, encontrar un laburo digno para sostenerme, ya que el que tengo ahora es sólo un estipendio para hacer algunas cosas, no permite ahorro ni mucho menos soltura económica. Luego de eso, y hay que ver donde este mundo puede llevarme y hasta donde estoy dispuesto a llegar yo con él.

Una materia pendiente sigue siendo el amor... en tiempos de cólera. Tengo la desdicha de ser un tipo de pensamiento clásico en cuanto a parejas se refiere, no en el tema matrimonio, ya que eso es una institución caduca, pero si en el aspecto cualitativo. No salí al típico hijo de puta o mujeriego que las quiere todas para él, la caretea para tenerla y luego tratarla como un trapo, hacerla lucir como un trofeo ante sus círculos vitales o simplemente tener novia por tener.. Buah tengo que pagar eso en tiempos donde el amor languidece como una lombriz en un desierto.

Pero buah... La motivación existe, hay que regarla, hay que animarse, hay que seguir, hay que vivir.

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