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lunes, 20 de mayo de 2024

Una Idea de Compañía

Hace unos días estando en la clase de Filosofía, charlábamos sobre Platón y la fundación del primer sistema filosófico en la historia occidental.
Platón intentó, por un lado, combatir a los sofistas y su relativismo, y por otro, resolver los problemas que la filosofía había tenido hasta ese momento, resumida en la cuestión ontológica del "Ser y el No-Ser".
Más allá de toda esta paja interesante está el hecho de los resultados. El mundo para el filósofo ateniense estaba dividido en dos partes que el no supo como enlazar: el mundo material y el mundo inteligible. Según su postura todo lo que existe son meras "copias" de las Ideas "puras" que se encuentran en el Mundo inteligible y que son sólo asibles por la Razón o el entendimiento.

Entonces se me ocurrió que nunca hay mejor ejemplo para explicar el platonismo que pensar en eso que la jerga común dice "la pareja ideal". Es decir, ese arquetipo que existe en nuestra mente, que reúne todas aquellas características positivas y que adquiere forma en el cuerpo "Ideal" de quién sería nuestro deseo más grande (seamos heterosexuales, homosexuales, recontrasexuales u ortorrómbicosexuales).

Profundizando un poco ¿Debe reunir todo lo positivo? Y claro, sino la "copia" que existe en nuestra realidad material no sería tal. Los "defectos" de nuestro "compañero/a perfectos" serían una condición necesaria para materializarse, de lo contrario, no existiría.
Aunque esto pueda causar un poco de resignación, desde mí reflexión considero que es un excelente punto de partida para definir que es lo que uno quiere o pretende de una pareja "real".

Cómo primer principio deberíamos repensar, siguiendo a Platón, si vale la pena tener como Ideal a alguien que se parezca a nosotros. Yo ya soy una copia de mi Yo Ideal ¿Para qué quiero o amaría a una "copia de la copia"? Si lo pensamos estaríamos ante alguien que aparte de sumar mis imperfecciones suma las suyas. Invocar a alguien igual que yo es invocar a mis defectos más que a mis posibles virtudes.
Cómo segundo principio, podríamos decir que mientras más vaga idea tengamos de nosotros mucho menos las vamos a tener de quien es nuestro Ideal. Con más razón, el conocimiento de quién soy yo, nos aportaría un mejor indicio de quien queremos al lado.

Ahora, un ensayo práctico, y una propuesta para mí como para quienes me lean...
Hace ya un tiempo, escuché por ahí que desear vagamente se traduce en un deseo cumplido a medias... Entonces ¿Porqué no intentar describir lo más preciso posible lo que queremos?
Me planteé no hacerlo a través de adjetivos, "tiene que ser así o asá, no tiene que ser, etc." sino a través de hábitos y pequeños detalles que tal vez ayuden a descifrar poco a poco ese tipo, como las piezas de un rompecabezas que no sabemos muy bien que imagen final representa.


- Una mujer, atrás de un vestido escotado.... Jajajaja pero empecemos por lo básico: morocha de entre 25-45 años, que tenga más de adelante que otra cosa y una linda cara que inspire inteligencia pero también seducción.
- Alguien con quién acostarse a ver Les Luthiers a las 3 de la tarde de un domingo y cagarse de risa mientras se mastica unas gomitas.
- Alguien con quién desayunar un café cargado  y mientras tanto se escucha la radio y se baila algún tema de rock nacional clásico.
- Alguien con quién ir a un cerro un sábado a la tarde, mirar el Cielo en silencio y el atardecer con un mate, y después comerse unos buñuelos con miel de caña o cualquier cosa de esas que venden a la vera de los caminos en un día de campo.
- Alguien que se ría igual que yo, de sí mismo, sus defectos y sus mambos.
- Alguien que a la hora de los bifes desate sus perversiones sin miedo.
- Alguien que lance a este ser intelectual pero a veces perezoso a descubrir cosas nuevas, a plantearle desafíos.
- Alguien a quien mí sabiduría y las múltiples experiencias de mí vida les sirvan para crecer y seguir fortaleciéndose.
- Alguien que me empuje cuando estoy estancado o que me refugie en las tormentas.
- Alguien que charle pero también que escuche.
- Alguien que se anime a probar todo tipo de comidas y bebidas.
- Alguien que le apasione la música, en canto, en letras, en emociones, en variedad... Admirar a gente que con el sonido desata lo mejor de nosotros, compartir lo que conoce y atreverse a explorar lo desconocido.
- Que sepa putear con ganas, pero a la vez maneje alta sofisticación de su lenguaje y juegue con eso.

Podría decir mucho más, pero esto es un ensayo.
Recordemos que pedimos en la medida en que nos conocemos a nosotros mismos. Lo escrito arriba, no es nada que yo no disfrute conmigo mismo, pero que me encantaría poder compartir.

Para finalizar, Platón recordaba que en el frontispicio del Templo de Apolo en Delfos había una frase: "Gnothi seauton" que en griego antiguo es "Conócete a ti mismo".

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