Lito Nebbia canta:
"Dicen que viajando se fortalece el corazón,
porque andar nuevos caminos te hace olvidar el anterior.
Ojalá esto pronto suceda, así podré calmar la pena
para volver a vivir. (bis)"
Una canción muy conocida ya parte del patrimonio de la música popular argentina. Y si se consideran amantes de su país y no la conocen, pues, agarren el celular, la pc, llamen a la radio o consulten a un amigo si la tiene, y aprendanselá por más que sean fanáticos de la Mona y los Pibes Chorros y especialmente ¡¡Porque algo de cultura en la vida hay que tener!!
Oooohhh los viajes... Tantos, con tanta gente y a tantos lados. Bueno apenas conozco fuera de la Argentina, algo de Bolivia, Chile y Brasil.
Mi abuelo realmente fue un mentor de los viajes, por el hecho de que conocer otras tierras aparte del pedazo que nos vió nacer es un hábito sano, fructífero, relajante; con bajo contenido en sodio y sin grasas trans. Casi como un yogur "Ser 0%". Un hábito hoy caro en el país pero si tienen un par de mangos y no tienen mucho que hacer, tómense el palo adonde puedan llegar sin arriesgar su vida y la vuelta a casa.
Mi primer gran viaje fue una gira triangular a este hermoso país (al menos en cuanto a paisajes y diversidad de gente se refiere). Comenzando acá desde Salta llegando a Buenos Aires, luego a San Carlos de Bariloche y volviendo por Neuquén a La Linda. Tenía 7 años y era julio (vacaciones de invierno en el país). Un frío de matarse en Bariló, pero lleno de nieve que para un pibe de 7 años era una odisea con dragones y espadas. Visitar el lago donde está el supuesto Nahuelito, un resabio de épocas prehistóricas, en una época donde los Dinosaurios eran el Tinelli de los chicos. Neuquén, provincia hermosa, de gente cálida y amable. Córdoba lugar de gente con un humor inconsciente, cotidiano, común, fresco... Qué hacé' culiao!
El hecho de tener parientes en Jujuy me hacía ir y venir constantemente entre ambas provincias. A San Salvador, a Yala, Guerrero, las Termas de Yala, Tilcara, Purmamarca, Humahuaca y alrededores. Creo que entre los 10 y 18 años me la pasé yendo y viniendo de Jujuy a Salta. Tierra fantástica, llena de paisajes hermosos, gente renegada del "hombre blanco", pero con un gusto hacia la comida, la vida, el sufrimiento en climas tan locos, su mucha humildad y su poca queja.
Brasiiiiiiiiiiiil, lalalalalalalaaaaaa... Que podés decir de Brasil? Alegria Nao tem fin sin lugar a dudas (perdón pero me falta el tiu en la "a"). Gente que entiende el español por más de que hablen un portugués que te parezca chino, pero además gente que le gusta disfrutar incluso en tiempos de mucho quilombo. Otro mundo, lluvias invernales con 32º, selvas en la costa, un crisol de razas y colores, mucha vida al aire libre, y mucha naturalidad a la hora de mostrar el cuerpo seas Gisele Bündchen o una morsa varada, sin que mucho les pique.
Bueno podría hacerse muy largo, pero a los 27 puede decirse que tengo mis kilómetros recorridos pero me faltan más, y no espero la hora de conseguirme un laburo decentemente remunerado que me permita ahorrar para dar mis vueltas, y asentar mi bandera en algún punto azaroso de la geografía planetaria.
Viajen, chicos, viajen!!! Pero eso sí, no se pierdan. Porque de no encontrarse a ustedes mismos, el mundo los traga.
Creado por este "martial brother" de la intelectualidad, para el mundo y para expresar lo que en la vida normal no llega a ver la luz.
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miércoles, 27 de agosto de 2014
viernes, 22 de agosto de 2014
Campos Elíseos
Buenas. Volvimos a escribir acá! Medio que abandonamos este mes al blog, pero como que no había muchas ideas para volcar.
El tema de hoy es polémico, actual, abierto a discusión y candente. La mía no pretende ser la mirada última y definitiva, sino como siempre un punto de vista, que como viene siendo puntal de este blog trata de abarcar la mayor cantidad de variables sin caer por eso en la condescendencia.
Hoy parece una realidad entusiasta y muy pujante la llamada "lucha de Género". Nuestro país viene mostrando una actitud muy progresista en este sentido plasmando en la legislación, por ejemplo, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, jurídicamente hablando claro.
Ahora bien, la postura de género nace como lucha pero también hay un gran aparato conceptual que viene con ella. Sintéticamente, la postura filosófica que prendió fuertemente este movimiento nació con el existencialismo de los '50, del que un gran exponente es Simone de Beauvoir. Escritora, activista, filósofa y pareja del célebre filósofo francés fundador de la corriente: Jean-Paul Sartre. Sin embargo, desde hace unos 100 años antes el activismo femenino venía entrando en calor dando sus primeros grandes frutos, por ejemplo, en 1887; cuando Nueva Zelanda se constituiría en el primer país del mundo donde las mujeres tendrían derecho a voto. Luego de eso fue formándose un círculo intelectual en París, Frankfurt, Berlín, Viena, Nueva York, etc. donde algunas mujeres pudieron acceder a los niveles universitarios y a las escuelas de pensamiento en boga.
Eso formó una escuela teórica donde se empezó a investigar el papel histórico, social y antropológico de la mujer en la vida cotidiana. Los resultados arrojaron primero que nada, un hecho histórico inexcusable, durante siglos las mujeres (y también otras personas que se identificaban con posturas identitarias distintas al llamado "modelo binario") vivieron en una sociedad que se jerarquizaba primordialmente como viril, masculina, fuerte y prepotente, en la que el varón era la cumbre de los valores humanos y la vara por la que se medía cualquier conducta. A su vez constituía el modelo educativo a reproducir en la familia, y la prerrogativa para ejercer cualquier tarea de carácter público. La mujer tendría entonces un papel secundario, pasivo, irresoluto, religiosamente penado, a veces complementario y a veces ni siquiera eso, que, si bien, tendría mutaciones a lo largo del tiempo, no sería tenida en cuenta como una alternativa al modelo dominante.
La Revolución Industrial, las Guerras Mundiales y sobre todo la Posguerra trastocarían sensiblemente todo este constructo secular basado en el varón. La inserción de la mujer de manera activa en el mercado de trabajo, su acceso a la educación superior, su valor como piedra angular de la familia, el "descubrimiento" de su papel activo en la vida sexual, entre muchas otras cosas serían los factores más importantes que visibilizarían esta nueva realidad. Serían los tiempos de la destrucción del "arquetipo viril"; esa construcción metafísica, inconsciente y transmitida durante siglos acerca del rol de ambos sexos en la vida cotidiana. Pero se hace evidente que esto no sería un traspaso pacífico, sino al contrario una lucha no violenta pero constante y permanente por reubicar a la mujer en un lugar que a partir de este momento por derecho debería tener.
Hoy esa lucha ya no solamente abarca a las mujeres sino a la diversidad de identidades que se han hecho visibles por medio de este movimiento. Hoy está el movimiento LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales). Esto he venido a complejizar el cuadro de autoconcepción de las personas ya que una cosa es la "genitalidad" (dada por los órganos reproductivos), la "sexualidad" (dada por la preferencia sobre con que sexo yo deseo vivir mi placer amoroso), el "Género" como concepto de construcción social que da entidad a las diferenciaciones de roles de cada sociedad con respecto a hombres y mujeres y el "sexo" mismo dado por lo que muestra el cuerpo. Por lo tanto, género es una categoría psicológica, entendida siempre desde las relaciones sociales y no por el pito o la cachufleta. Entendido como construcción entonces nosotros podemos definirnos como varones, mujeres, trans, gays, lesbianas, etc... O por un combinado de todas o algunas de ellas.
Hoy presenciamos, al menos en Argentina, una clara lucha de espacios. El supuestamente caduco "modelo binario", positivista, biologizante, conservador que se resiste a dejar su lugar a la diversidad real existente en la sociedad. Por un lado, para mi la clave de esa resistencia (y de la agresividad psicológica de la propaganda LGBT) proviene de la ignorancia mutua de una hacia la otra. El "modelo binario", mal pese, sigue estando en la educación como un modelo de orden social, capaz que no necesario pero si eficaz (de alguna manera garantizó la supervivencia de la civilización occidental los últimos 8.000 años). Los "binaristas" tampoco conocen la tradición de lucha ni los fundamentos teórico-ideológicos de los LGBT y eso lleva al miedo y de ahí al odio y así, algo que históricamente no es nada novedoso. Por otro lado, el movimiento feminista que ya ha "conquistado" derechos antes exclusivos del varón, se lanza a la completa desintegración del machismo imperante pero ya no en el campo del trabajo, el dinero o la posición social o intelectual sino en el ámbito más duro y difícil de cambiar, el pensamiento y la práctica cotidianas.
Hasta ahora esto no me parece nada más que otro episodio en el devenir del ser humano. Mi preocupación empieza en el momento en que cada discurso por más benéfico que pueda ser, tiene en su basamento una visión egoísta y privilegiada no de la práctica social o de la sexualidad sino de la vida misma. La lucha mal interpretada por la gente que aún se adhiere a la "vieja tradición" adquiere carácteres violentos no por estallidos o por revoluciones generales en la calle, sino con una violencia psicológica, verbal, física circunscripta al ámbito próximo, doméstico, cercano. El movimiento LGBT o el feminismo no es violento, pero su lado malo por decirlo así recae en la confusión y en la hegemonización de su discurso, por sobre otra alternativa.
Esta en nuestro derecho elegir que y como queremos ser, el mundo ya nos permite esa libertad. También la lucha nos permite y permitirá tener espacios y adquirir los lugares de manera equitativa sin discriminación de ningún tipo. Pero es nuestro derecho y nuestra libertad dejar que el que tenga pito y se sienta hombre pueda seguir siéndolo y la que tenga cachufleta y quiera seguir siendo mujer lo siga siendo. El colmo sería que en un futuro debamos elegir si o si una sexualidad alternativa donde tener hijos o garantizar nuestra supervivencia dependa 100% de la tecnología.
Se podrá estar de acuerdo o no con lo que escribo. Habrá reminiscencias de machismo y arquetipo viril en lo que expuse también, pero tengo en claro que eso no va a detener ni yo pretendo detener que esto siga su curso. Pero yo tengo un pito y me siento cómodo siendo varón con él y no por eso le voy a hacer la vida imposible a mi amigo trans o gay o lesbiana por ser como él es.
El tema de hoy es polémico, actual, abierto a discusión y candente. La mía no pretende ser la mirada última y definitiva, sino como siempre un punto de vista, que como viene siendo puntal de este blog trata de abarcar la mayor cantidad de variables sin caer por eso en la condescendencia.
Hoy parece una realidad entusiasta y muy pujante la llamada "lucha de Género". Nuestro país viene mostrando una actitud muy progresista en este sentido plasmando en la legislación, por ejemplo, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, jurídicamente hablando claro.
Ahora bien, la postura de género nace como lucha pero también hay un gran aparato conceptual que viene con ella. Sintéticamente, la postura filosófica que prendió fuertemente este movimiento nació con el existencialismo de los '50, del que un gran exponente es Simone de Beauvoir. Escritora, activista, filósofa y pareja del célebre filósofo francés fundador de la corriente: Jean-Paul Sartre. Sin embargo, desde hace unos 100 años antes el activismo femenino venía entrando en calor dando sus primeros grandes frutos, por ejemplo, en 1887; cuando Nueva Zelanda se constituiría en el primer país del mundo donde las mujeres tendrían derecho a voto. Luego de eso fue formándose un círculo intelectual en París, Frankfurt, Berlín, Viena, Nueva York, etc. donde algunas mujeres pudieron acceder a los niveles universitarios y a las escuelas de pensamiento en boga.
Eso formó una escuela teórica donde se empezó a investigar el papel histórico, social y antropológico de la mujer en la vida cotidiana. Los resultados arrojaron primero que nada, un hecho histórico inexcusable, durante siglos las mujeres (y también otras personas que se identificaban con posturas identitarias distintas al llamado "modelo binario") vivieron en una sociedad que se jerarquizaba primordialmente como viril, masculina, fuerte y prepotente, en la que el varón era la cumbre de los valores humanos y la vara por la que se medía cualquier conducta. A su vez constituía el modelo educativo a reproducir en la familia, y la prerrogativa para ejercer cualquier tarea de carácter público. La mujer tendría entonces un papel secundario, pasivo, irresoluto, religiosamente penado, a veces complementario y a veces ni siquiera eso, que, si bien, tendría mutaciones a lo largo del tiempo, no sería tenida en cuenta como una alternativa al modelo dominante.
La Revolución Industrial, las Guerras Mundiales y sobre todo la Posguerra trastocarían sensiblemente todo este constructo secular basado en el varón. La inserción de la mujer de manera activa en el mercado de trabajo, su acceso a la educación superior, su valor como piedra angular de la familia, el "descubrimiento" de su papel activo en la vida sexual, entre muchas otras cosas serían los factores más importantes que visibilizarían esta nueva realidad. Serían los tiempos de la destrucción del "arquetipo viril"; esa construcción metafísica, inconsciente y transmitida durante siglos acerca del rol de ambos sexos en la vida cotidiana. Pero se hace evidente que esto no sería un traspaso pacífico, sino al contrario una lucha no violenta pero constante y permanente por reubicar a la mujer en un lugar que a partir de este momento por derecho debería tener.
Hoy esa lucha ya no solamente abarca a las mujeres sino a la diversidad de identidades que se han hecho visibles por medio de este movimiento. Hoy está el movimiento LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales). Esto he venido a complejizar el cuadro de autoconcepción de las personas ya que una cosa es la "genitalidad" (dada por los órganos reproductivos), la "sexualidad" (dada por la preferencia sobre con que sexo yo deseo vivir mi placer amoroso), el "Género" como concepto de construcción social que da entidad a las diferenciaciones de roles de cada sociedad con respecto a hombres y mujeres y el "sexo" mismo dado por lo que muestra el cuerpo. Por lo tanto, género es una categoría psicológica, entendida siempre desde las relaciones sociales y no por el pito o la cachufleta. Entendido como construcción entonces nosotros podemos definirnos como varones, mujeres, trans, gays, lesbianas, etc... O por un combinado de todas o algunas de ellas.
Hoy presenciamos, al menos en Argentina, una clara lucha de espacios. El supuestamente caduco "modelo binario", positivista, biologizante, conservador que se resiste a dejar su lugar a la diversidad real existente en la sociedad. Por un lado, para mi la clave de esa resistencia (y de la agresividad psicológica de la propaganda LGBT) proviene de la ignorancia mutua de una hacia la otra. El "modelo binario", mal pese, sigue estando en la educación como un modelo de orden social, capaz que no necesario pero si eficaz (de alguna manera garantizó la supervivencia de la civilización occidental los últimos 8.000 años). Los "binaristas" tampoco conocen la tradición de lucha ni los fundamentos teórico-ideológicos de los LGBT y eso lleva al miedo y de ahí al odio y así, algo que históricamente no es nada novedoso. Por otro lado, el movimiento feminista que ya ha "conquistado" derechos antes exclusivos del varón, se lanza a la completa desintegración del machismo imperante pero ya no en el campo del trabajo, el dinero o la posición social o intelectual sino en el ámbito más duro y difícil de cambiar, el pensamiento y la práctica cotidianas.
Hasta ahora esto no me parece nada más que otro episodio en el devenir del ser humano. Mi preocupación empieza en el momento en que cada discurso por más benéfico que pueda ser, tiene en su basamento una visión egoísta y privilegiada no de la práctica social o de la sexualidad sino de la vida misma. La lucha mal interpretada por la gente que aún se adhiere a la "vieja tradición" adquiere carácteres violentos no por estallidos o por revoluciones generales en la calle, sino con una violencia psicológica, verbal, física circunscripta al ámbito próximo, doméstico, cercano. El movimiento LGBT o el feminismo no es violento, pero su lado malo por decirlo así recae en la confusión y en la hegemonización de su discurso, por sobre otra alternativa.
Esta en nuestro derecho elegir que y como queremos ser, el mundo ya nos permite esa libertad. También la lucha nos permite y permitirá tener espacios y adquirir los lugares de manera equitativa sin discriminación de ningún tipo. Pero es nuestro derecho y nuestra libertad dejar que el que tenga pito y se sienta hombre pueda seguir siéndolo y la que tenga cachufleta y quiera seguir siendo mujer lo siga siendo. El colmo sería que en un futuro debamos elegir si o si una sexualidad alternativa donde tener hijos o garantizar nuestra supervivencia dependa 100% de la tecnología.
Se podrá estar de acuerdo o no con lo que escribo. Habrá reminiscencias de machismo y arquetipo viril en lo que expuse también, pero tengo en claro que eso no va a detener ni yo pretendo detener que esto siga su curso. Pero yo tengo un pito y me siento cómodo siendo varón con él y no por eso le voy a hacer la vida imposible a mi amigo trans o gay o lesbiana por ser como él es.
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